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¡Roma no se construyó en un día y mucho menos el Coliseo Romano! Visitar este lugar es como si te asomaras al pasado, a esos tiempos de emperadores y gladiadores. ¿Sabías que esta impresionante obra tardó nueve años en construirse? Imagínate, nueve años para levantar algo que aún hoy sigue dejándonos con la boca abierta. Este lugar es una parada obligatoria en cualquier visita a Roma, pero lo que muchos no saben es que tu entrada al Coliseo también te da acceso a dos tesoros adicionales: el Foro Romano y el Palatino. Y créeme, están a unos pasos y hacen que la visita valga todavía más la pena.
Estar en Roma es como entrar en una máquina del tiempo. Caminas por las mismas calles que pisaron los antiguos romanos, rodeado de templos y palacios en ruinas, y sientes una energía especial, como si el pasado aún estuviera ahí. El Coliseo, considerado una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, es razón suficiente para cruzar medio mundo. Pero si además te llevas el Foro y el Palatino en el mismo boleto, ¡tienes un combo 3×1 que no puedes dejar pasar! A continuación, te cuento cómo fue mi visita al Coliseo Romano y algunos tips para que la disfrutes al máximo.
El Coliseo Romano es mucho más que una estructura imponente. Este era el centro de la vida pública en la Roma antigua, el lugar donde nacieron las famosas “pan y circo” para el pueblo. En aquellos tiempos, la gente recibía pan gratis y acceso al Coliseo para ver batallas de gladiadores, cacerías de animales exóticos y hasta ejecuciones. Imagínate la emoción. Entre 60,000 y 100,000 personas trabajaron en su construcción, y hoy, este sitio recibe cerca de 6 millones de turistas cada año.
Cuando llegues, prepárate para recorrer cada rincón imprescindible del Coliseo. Y lo mejor es que puedes hacerlo acompañado de un guía en español que te contará todas esas curiosidades y secretos que hicieron de Roma lo que fue. ¡Ah! Y recuerda, el boleto de entrada al Coliseo también incluye la visita al Foro y al Palatino.
El Foro Romano es otro lugar que tienes que ver. Este era el centro de todo: lo político, lo social y lo comercial. Aquí se construyeron edificios emblemáticos como la Curia, que era la sede del Senado, el Templo de Saturno, donde guardaban el tesoro público, y el imponente Arco de Septimio Severo. Al caminar por la Vía Sacra, la calle principal del Foro, es como si el bullicio y la vida de la antigua Roma volvieran a escucharse. Cierras los ojos y casi puedes imaginarte a los romanos moviéndose de un lado a otro, en medio del ajetreo de la época.
Luego, es momento de conocer el Palatino, una de las siete colinas de Roma y, según la leyenda, el lugar donde Rómulo fundó la ciudad. Este era el barrio VIP, donde vivían los emperadores y la élite romana. Aquí encuentras las ruinas de la Domus Aurea de Nerón, una villa impresionante que en su momento cubría gran parte de la colina. Visitar el Coliseo Romano, el Foro y el Palatino es como hacer un viaje completo a la historia romana, todo sin salir del centro de Roma.
Si quieres hacer esta visita sin estrés y sin perder tiempo en largas filas, te recomiendo que contrates un tour con Civitatis. Esto te permitirá evitar las colas interminables y conseguir boletos de un día para otro. Además, el tour incluye un guía en español, y lo mejor es que puedes cancelar sin costo hasta cinco días antes, por si te surge algún cambio de planes. Los boletos para visitar el Coliseo, el Foro y el Palatino cuestan desde $1,339 pesos mexicanos, y créeme, valen cada centavo.
Así que ya sabes: escucha el eco de las voces antiguas en el Foro Romano, siente la energía del Coliseo y déjate maravillar por el encanto del Palatino. Visitar estos tres lugares es algo que se quedará contigo para siempre y te hará ver Roma desde una nueva perspectiva. ¡No esperes más, reserva tu aventura en Italia y prepárate para vivir una experiencia inolvidable en el Coliseo! Y recuerda, aprovecha cada minuto de tu viaje y elige opciones que hagan tu vida más fácil.
Si eres fan de vivir experiencias únicas, te recomiendo este recorrido por el Río Sena de París.