Nueva ola de contagios de Covid-19 en Europa
Europa experimenta una segunda ola de contagios de Covid-19 y las medidas restrictivas vuelven a ser implantadas....
Por: Mike Toledo
¡Hola Viajeros! Les saluda Mike Toledo, un apasionado de los viajes, colaborador de Mariel de Viaje y autor de Mike a Bordo. El día de hoy les voy a platicar acerca de la grata sorpresa que me llevé al visitar Seúl, Corea del Sur.
Les digo que fue una grata “sorpresa” porque honestamente, y en contra de mis recomendaciones de siempre planear con anticipación, en esta ocasión no tuve tiempo para prepararme mucho, así que lo poco que investigué sirvió para crearme unas expectativas (bastante altas) pero definitivamente fueron superadas por mucho y volvería a Corea sin pensarlo 2 veces.
Al llegar al aeropuerto de Seúl Incheon (ICN) puedes darte cuenta que estás en un país de primer mundo, donde se observa la tecnología en su máximo esplendor, cabe señalar que Corea del Sur es casa de la gigante tecnológica Samsung, por lo tanto es muy raro ver a un Coreano usando un iPhone por ejemplo.
Algo novedoso para mi fue encontrarme con un sinfín de kioscos para rentar un celular, un hot spot (wifi portátil), o una SIM card para tu teléfono, esto con el objetivo de ahorrar el famoso roaming sin perder conectividad. ¿Interesante verdad? Cuesta aproximadamente $5 USD por día la renta de un hot spot, éramos 4 así que de $1 dólar por día es bastante accesible.
Teníamos pocos días y muchas cosas que ver, así que tuvimos que definir nuestras prioridades. Afortunadamente nuestro hotel estaba muy céntrico, en la zona de Namdaneum, así que nos ahorramos mucho tiempo en cuestión de traslados.
Era un día espectacular, por lo tanto decidimos ir a la N Seoul Tower, que es una torre con un observatorio como lo hay en muchas ciudades grandes. Llegamos caminando hasta la estación del teleférico que nos llevaría hasta la cima. Una vez arriba, las vistas de la ciudad son ¡Espectaculares!
¿Alguien dijo hambre? Para la hora de la comida, qué mejor que probar la gastronomía local, nada más y nada menos que un tradicional Asado Coreano, mejor conocido como Korean BBQ, en uno de los lugares más tradicionales de Seúl. Lo peculiar de este asado, es que tú mismo lo haces, las mesas están adaptadas con un asador y las carnes te las pasan crudas, así que parte del encanto es el proceso de asarlo. ¡A mí me encantó!
Por la tarde, caminamos por la zona de Myeong-dong que está lleno de tiendas, restaurantes y cafés. Cabe mencionar que Seúl es una de las capitales de la belleza a nivel mundial, así que se pueden ver tiendas de cosméticos por todos lados, así como las mujeres siempre luciendo de manera impecable y muy guapas.
Una de las paradas obligatorias cuando estás en Seúl es visitar el DMZ, que es la Zona Desmilitarizada, justo donde se juntan las dos Coreas, Norte y Sur. Irónicamente la DMZ, que es una franja neutral y de paz, donde no hay presencia militar de ningunas partes, se vuelve una de las zonas con más presencia militar en el mundo justo donde acaba esta delimitación. Se puede accesar a los túneles por donde Corea del Norte se infiltraba hacia Corea del Sur.
Esta visita tiene que ser realizada por un operador turístico autorizado, ya que al llegar al JSA (joint security area – zona mutua de seguridad) militares Estadounidenses toman el control del tour y es necesario llevar tu pasaporte, porque técnicamente cruzas unos metros a Corea del Norte. En el JSA es donde se llevan a cabo acuerdos y tratados entre las dos naciones, y otros países u organizaciones involucradas como la ONU y Estados Unidos.
Al regresar del tour, fuimos a conocer Hong-Dae que es la zona universitaria de la ciudad y es donde está toda la vida nocturna. Vale la pena ir a caminar ahí, cenar o tomarse un café. Es un andador peatonal bastante concurrido donde hay todo tipo de diversión, desde shows callejeros hasta antros.
En nuestro último día completo fuimos a conocer otro de los atractivos principales, el Palacio de Gyeongbokgung, ¡Creánme que es impresionante bello y grande! Su arquitectura es única y la historia es simplemente cautivante.
Al llegar se nos acercaron una pareja de niños coreanos para ofrecernos una visita guiada del palacio, qué mejor para saber más acerca de la cultura e historia del recinto que viniendo de los locales, así que accedí de inmediato.
El Palacio es impresionantemente grande, me encantó caminar por sus jardines y apreciar la belleza del lugar. Los niños en verdad hicieron la diferencia en nuestro recorrido, que a pesar de que el inglés no es su idioma materno, hicieron un gran trabajo explicando todo a detalle y con un muy buen nivel de inglés.
Por último, al terminar el tour los niños me dieron una hoja para evaluar los servicios ofrecidos, por supuesto que fue excelente. Adicionalmente, a pesar que el tour es ofrecido de manera gratuita, siempre procuro gratificar a las personas que brindan un extraordinario servicio. Con los niños no fue la excepción, pero gran sorpresa me llevé cuando rechazaron mi aportación monetaria, no sólo la rechazaron sino que sentí que de cierta manera los hice sentir mal. Así que chicos, siempre hay que investigar si las propinas son bienvenidas, o mal vistas como en esta ocasión.
Para disfrutar de nuestra última tarde en Seúl, no podíamos dejar de visitar la glamurosa zona Gangnam (Sí, de ahí viene el famoso Gangnam Style) digamos que es como la 5ta avenida de Nueva York en donde se encuentran tiendas de diseñadores, restaurantes y otras atracciones. Es una buena idea para caminar y entretenerse por la tarde.
Seúl es una ciudad con un encanto único, siento que muchas veces pasa desapercibida o que cuando escuchamos acerca de Corea no nos genera ningún sentimiento ni bueno ni malo. Sin embargo, déjenme les digo que ¡me encantó!
La gente es extremadamente amable, es una ciudad bien planeada, servicios de primer mundo en cuestión de transportación, precios accesible, y súper segura. Así que la próxima vez que visiten Asia, no olviden poner a Seúl en sus paradas obligatorias. ¡Buen Viaje!