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Cuando pensamos en Europa, usualmente nos vienen a la mente destinos como París, Roma o Berlín. Pero hay un rincón exótico y lleno de historia que ha permanecido fuera del radar turístico: Los Balcanes. Esta región del sureste europeo, con su mezcla de culturas, paisajes impresionantes y precios accesibles, es perfecta para quienes buscan una ruta barata por Europa, lejos de lo predecible.
Los Balcanes han sido históricamente una tierra de contrastes. Mientras su historia reciente es conocida por conflictos bélicos, lo que pocos saben es que este rincón del mundo es un tesoro escondido para los viajeros. Es un lugar donde las culturas antiguas se entrelazan, las montañas se levantan majestuosas sobre aguas cristalinas, y cada ciudad cuenta con su propia leyenda.
De los 12 países que forman esta región, en solo 15 días visité nueve: Bulgaria, Grecia, Macedonia del Norte, Kosovo, Albania, Montenegro, Croacia, Bosnia y Herzegovina. Una aventura que combinó belleza natural, ciudades encantadoras, y una rica gastronomía. Aquí te comparto los detalles de esta ruta barata, ideal para viajeros curiosos que quieren descubrir algo nuevo.
Viajar por los Balcanes es como caminar por páginas de la historia, donde las ruinas del Imperio Otomano coexisten con monasterios medievales y pueblos pintorescos. En esta ruta, no solo encontrarás belleza natural y ciudades con encanto, sino también una experiencia auténtica que pocos turistas han explorado. ¿Estás preparado?
El viaje arrancó en el aeropuerto Internacional Felipe Angeles (AIFA) en el Estado de México, rumbo a Sofía, Bulgaria. De ahí, seguimos a Grecia para empezar nuestra aventura. Viajamos por carretera en autobús, lo que fue bastante cómodo, considerando que las distancias entre países son cortas. Por cierto, si eres mexicano, ¡solo necesitas tu pasaporte vigente para explorar esta joya europea!
Nuestra primera parada fue Meteora, en Grecia, un lugar que parece salido de otro planeta. Hace millones de años, esta zona era un lago, y la erosión formó gigantescas columnas de roca de hasta 600 metros de altura. Encima de estas rocas se construyeron monasterios que parecen flotar en el aire. Visitar el Monasterio de San Nicolás fue como retroceder en el tiempo.
Este rincón del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad, es un recordatorio de la grandeza espiritual y arquitectónica que se ha mantenido intacta a lo largo de los siglos. El viento en tu cara y la vista infinita del paisaje te hacen sentir que estás en otra época. ¡Es algo que tienes que vivir!
Tesalónica es una ciudad vibrante, donde la historia y la modernidad se dan la mano. Esta urbe, la segunda más grande de Grecia, ha sido un crisol de civilizaciones durante siglos. Los restos de los imperios Otomano, Romano y Bizantino aún se pueden ver en sus imponentes monumentos, como el Arco de Galerio o la famosa Torre Blanca.
Pero más allá de su historia, Tesalónica es conocida por su vida bohemia. Por la noche, la ciudad cobra vida con tabernas tradicionales griegas, bares llenos de música en vivo y restaurantes que ofrecen lo mejor de la gastronomía local. Una parada obligatoria es Dadica, un lugar donde el sabor y el entretenimiento se fusionan. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de una comida deliciosa mientras presencian espectáculos de música y danza que capturan la esencia de la cultura griega.
Probablemente, el destino que más me enamoró en esta ruta barata por Europa fue Macedonia del Norte, que lleva este nombre apenas cinco años, pues hasta antes de 2019 formaba parte de la República de Yugoslavia. Caminar por su plaza central fue una verdadera delicia, una de las más grandes y hermosas que he visto en vida. Sus pequeños puentes, gigantescas estatuas, construcciones y edificios históricos, me presentaron un país nuevo, diferente, un destino poco conocido, pero que guarda un tremendo encanto.
Macedonia del Norte es un país que parece sacado de un cuento de hadas. Al pasear por la plaza central de Skopje, uno se siente transportado a otra época. Las estatuas colosales y los puentes que atraviesan el río Vardar te recuerdan que esta tierra, aunque moderna en muchos aspectos, guarda un encanto antiguo que pocas veces se encuentra en Europa.
Una de las joyas más deslumbrantes de Macedonia del Norte es el Cañón de Matka, un lugar donde la naturaleza despliega todo su esplendor. Rodeado de montañas y aguas color esmeralda, es un destino perfecto para una caminata tranquila o una tarde de kayak. Pero quizás el lugar que más me impactó fue Ohrid, con su aire mediterráneo y su lago que parece un mar de agua dulce. Sus calles empedradas, sus ruinas medievales y sus legendarias perlas hacen de esta ciudad un verdadero tesoro oculto de esta ruta barata por Europa.
En este lugar viví una experiencia que me impresionó muchísimo, según yo, logré escuchar los latidos del corazón del Santo Naum, checa el video y dime qué opinas.
Kosovo, un país marcado por su historia reciente, ha renacido con una fuerza sorprendente. Al recorrer las calles de Pristina y Prizren, te das cuenta de la resiliencia de su gente. Prizren, en particular, es un lugar que enamora a primera vista. Sus mezquitas, sus calles adoquinadas y sus restaurantes chic te invitan a quedarte y disfrutar del ritmo pausado de la vida, mientras disfrutas de una copa de vino o una cervecita. En Pristina, la capital, probé el Pire, un platillo local muy esponjoso, parecido a la pizza, altamente recomendable.
Al cruzar la frontera norte hacia Albania, te encuentras con un país que ha seguido su propio camino. Aquí, la historia se entrelaza con la naturaleza en una combinación única. Albania, con sus playas bañadas por los mares Adriático y Jónico, y sus montañas que parecen tocar el cielo, es un destino que sorprende por su belleza virgen y su autenticidad.
Un dato curioso es que Albania fue el primer país que se declaró oficialmente ateo en 1967. Un momento complejo en el que se demolieron más de dos mil iglesias y mezquitas. Los centros religiosos se convirtieron en almacenes e inclusive fue considerado delito practicar una religión, situación que cambió hasta 1990.
Montenegro es un país pequeño en tamaño, pero inmenso en belleza. Al llegar a Kotor, uno de los destinos más impresionantes del Mar Adriático, es imposible no quedar deslumbrado. La ciudad, rodeada por murallas medievales y fuertes imponentes, parece haberse detenido en el tiempo, no por nada, la comarca natural, cultural e histórica de Kotor fue declarada como Patrimonuo de la Humanidad en 1979. Las estrechas calles empedradas y las plazas llenas de vida son el escenario perfecto para perderse y descubrir la rica historia de esta tierra.
Lo que más me sorprendió de Kotor fue la forma en que cuidan a los gatos. Los felinos son considerados un símbolo de la ciudad, y se les trata con el respeto y el cariño que se merecen. Encontrarás michis por todas partes, en los restaurantes, en las tiendas, e incluso en los museos, lo que añade un toque único al encanto de Montenegro. No exagero cuando les digo que es una de las ciudades más bonitas de toda Europa.
Bosnia y Herzegovina es un país que, a pesar de su pasado bélico, te recibe con una belleza admirable. Las Cascadas de Kravice, nuestra primera parada, son un espectáculo natural que te deja sin aliento, por su altura superior a 25 metros. Aquí las familias se reúnen para pasar el día, hacer picnic y hasta nadar en el río aunque el agua está helada.
Después partimos rumbo a Sarajevo, con su mezcla de culturas y religiones, es un lugar que invita a la reflexión. Pasear por sus calles es como caminar por la historia de Europa, con influencias otomanas, austrohúngaras y eslavas que se mezclan en cada rincón. Es conocida como la Jerusalén del continente europeo, debido a su rica historia, diversidad y coexistencia religiosa.
Croacia ha ganado popularidad en los últimos años, y no es difícil entender por qué. Dubrovnik, con su centro histórico amurallado y su ubicación junto al mar Adriático, es simplemente espectaculary definitivamente fue amor a primera vista. Cada esquina de esta ciudad parece haber sido diseñada para asombrar a los visitantes, con sus iglesias, plazas y callejones llenos de historia.
La gastronomía de Dubrovnik es reconocida por sus mariscos. Tuve la oportunidad de comer en un lindo restaurante llamado Pupo Tavern, pedí un platillo llamado Gregada, que tiene camarones, mejillones, pescados, papas, almejas, todos súper rico, pero cabe mencionar que este destino en particular no es tan económico.
Nuestro recorrido continuó por la Costa Dálmata, donde Split y Trogir te sumergen en la historia de la región, con sus ruinas romanas y su arquitectura medieval. El Palacio de Diocleciano, la catedral del templo, el Templo de Júpiter, sus grandes plazas y sus pequeños callejones son tan solo algunos de sus atractivos. Cabe mencionar que aquí se grabó parte importante de la temporada número cuatro de Game of Thrones e inclusive tienen un pequeño museo de la serie. Split se fundamenta como uno de los centros culturales, comerciales y marítimos, más importantes para la región de Los Balcanes.
Cada ciudad en Croacia tiene su propio encanto, pero todas comparten una belleza que parece eterna. Conoce más de mi experiencia en las ciudades de esta ruta barata por Europa.
Terminamos esta ruta europea en Bulgaria, donde Sofía, la ciudad de las rosas, nos dio una cálida despedida. Con su rica historia y sus jardines floridos, esta ciudad es el cierre perfecto para un viaje lleno de descubrimientos. Plovdiv, con su anfiteatro romano y su casco antiguo, nos recuerda que los Balcanes no son solo una ruta barata por Europa, sino también un viaje a través del tiempo y la historia.
El último día de viaje lo disfrutamos en Plovdiv, la segunda ciudad más grande de Bulgaria, que se caracteriza por ser una de las urbes más antiguas del mundo, aún conservan un anfiteatro romano en su territorio y un casco antiguo con arquitectura renacentista búlgara, dos joyas de la Europa Balcánica.
Este tour lo hice con Mega Travel, una agencia especializada en turismo cultural. El viaje incluía vuelos, traslados, hoteles, algunas comidas y tours guiados. Todo por un precio bastante accesible: alrededor de $1,299 USD más impuestos. El grupo con el que viajé estaba lleno de señoras súper simpáticas, lo que le dio un toque muy divertido al viaje. ¡Fue como viajar con mi mamá y mis tías!
Es importante mencionar, que el ritmo del viaje es rápido, hay países en los que te puedes quedar más tiempo que en otros, en algunos países no se profundiza mucho y solo se conocen por encima. El tour Magia de los Balcanes, incluye boletos de avión, traslados, hotel, algunos tours y algunos alimentos. Adicionalmente, incluye seguro de viajero y de hecho puede ser el de Asisst Card, que es el que yo uso.
Esta región del sureste de Europa superó todas mis expectativas. Una zona poco valorada por el turismo y tan llena de contrastes, riqueza y sentimiento. Una península de la que no pasan desapercibidas las grandezas culturales y su heterogéneo mapa religioso, que le ha dado un gran aporte pero que también ha sido el motivo de sus conflictos. ¡Así que ya lo sabes! Si buscas una ruta barata por Europa, los Balcanes te esperan con los brazos abiertos y muchas sorpresas por descubrir.
Disfruta en video el cierre de este viaje:
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