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Las Auroras Boreales en Yukón son un espectáculo natural que parece sacado de un sueño. Imagínalo… en plena oscuridad, el cielo se ilumina con destellos danzantes de colores tornasoles vibrantes, que crean una atmósfera hipnótica capaz de dejarte sin aliento. Se le llama «cazar Auroras Boreales» porque este fenómeno es impredecible, y observarlo requiere moverse constantemente en busca de las mejores condiciones, como si se tratara de la búsqueda de un tesoro celestial.
Desde que era niña, soñaba con ver estas “luces del norte”. La idea de presenciar este fenómeno natural me obsesionaba, y con los años, se convirtió en una meta de viaje. Finalmente, hace unos meses, cumplí ese sueño. Y te aseguro que, cuando estés frente a ellas, todo el frío y la espera, valen la pena.
Antes de sumergirte en la aventura y platicarte mi experiencia, hay algunos tips e información muy relevante para vivir esta experiencia.
No creas que busco desanimarte con estos datos, simplemente quiero poner en contexto a viajeros y viajeras para no idealizar ningún viaje y te prepares con anticipación para disfrutarlo. A pesar de ser una experiencia con condiciones complejas, la recompensa es enorme.
Para mí se convirtió en una experiencia transformadora que reafirmo mi convicción de viajar por el mundo y compartir mis vivencias contigo. Comencé el viaje en la Ciudad de México con destino a Vancouver, Canadá. Aquí hice conexión hacia Whitehorse, la capital de Yukón.
Tras un retraso en mi vuelo, llegué directo a la primera expedición, sin paradas en hotel o para comer. Lo tomé como una señal para no postergar esto que había esperado por años. Aquí ya me esperaba Sandra de Nómada Excursions, ella es una guía mexicana establecida en Canadá.
Recorrimos la Alaska Highway, deteniéndonos en puntos estratégicos para la cacería de las luces del norte. Cuando de repente, ¡el cielo cobró vida! Una Aurora Boreal nivel 3 comenzó a danzar sobre nosotros, visible a simple vista y capturable con la cámara.
No pudo haber sido mejor, fue una experiencia que me conmovió hasta las lágrimas. Poco importó el frío de -20º, el cansancio, el hambre. Nada. En este instante, confirmé la magnificencia del universo y lo afortunada que era por haber sido testigo de ello.
Mi expedición duró seis noches más, la búsqueda implacable continuó en Dawson City, un pueblo de Yukón; después en el Círculo Polar Ártico y finalizamos de vuelta en Whitehorse. Cada noche traía una nueva aventura y paisajes de ensueño: viajes en avioneta sobre montañas nevadas, ríos congelados, cielos despejados e increíbles paisajes que fusionan el cielo con la tierra.
Algunas opciones para vivir esta experiencia de caza de Auroras Boreales, son:
Cazar Auroras Boreales en Yukón es más que un viaje; es un reto, una aventura y una lección de humildad ante la grandeza del universo. Nos recuerda lo pequeños que somos y lo inmenso que es el mundo. Nos enseña que las mejores recompensas requieren paciencia, perseverancia y el valor de enfrentar la incertidumbre. Si alguna vez has soñado con verlas, atrévete a intentarlo. La emoción de presenciar la danza de luces en el cielo es un regalo que quedará grabado en tu memoria para siempre.
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